5 de abril de 2009

desde tu cenizas

¿Cómo puedo hacer para sacarte de mi cabeza? Juro que ya no sé cuál es el modo.

No es que "lo haya intentado todo", porque en realidad no intenté nada, sólo se pasó. Pero una vez más, desde las cenizas aparece tu presencia hostigando mi puta vida, provocando una lágrima negra por dentro.

No te siento, pero te sufro. Y de pronto el recuerdo me lleva al inicio de esta línea del tiempo hasta el presente nuevamente, haciendo que vuelva a aborrecerte con lo más oscuro de mí. Vuelven esas ganas de cruzarte por la calle para simplemente escupirte en la cara, rebajándote, humillándote, como si así encontrase consuelo, paz interior.

Tu risa resuena en mis oídos, escucho tu voz en los rincones. La migraña, la gangrena, el mareo y el vómito que vuelve a subir, a punto de explotar en mi boca.

Hoy maldigo nuevamente haberte conocido, haberte abrazado, haberte querido. Hoy vuelvo a blasfemar incluso más que la última vez, porque creí haberte perdonado, pero una nueva herida reaviva el ardor.

Ni una eternidad en los infiernos aliviarían mi pena, mi bronca, mi odio.
(tu sola presencia me enferma y me vacía)




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