El sol sale en Concepción del Uruguay, pero no es un día especial, es otro día normal, igual a todos los días que aburren a las masas que habitan la ciudad litoraleña...
Algunos se preparan para ir a trabajar, otros para el estudio y los más afortunados siguen durmiendo.
Nadie va a hacer nada especial, ni grande, ni importante. No va a cambiar la vida de ningún uruguayense.
Parece ser una ciudad que se detuvo en el tiempo. Esta es la única particularidad de la aburridísima ciudad: el tiempo no corre. Nadie nace, nadie muere. Nadie va, ni viene, ni se aleja ni regresa. Las construcciones viejas y grises siguen estando, el aroma a pueblo de hace 50 años atrás. Un paraíso para los nostálgicos una tortura para los jóvenes estudiantes universitario que vienen aquí para en algún futuro poder trabajar de lo que les gusta y sólo esperan a terminar sus carreras para irse de esta ciudad.
El corazón de "C del U" parece no latir, por falta de fuerzas o ganas, igual, no lo hace, impidiendo a la gente cambiar su destino, dejando todo como está, todo como está.
Sí, todos deseamos un lugar perfecto para nosotros, el seno de una familia, una cama caliente para dormir bien durante el invierno... Pero nadie, en todas sus posibilidades y en todos sus cabales vendría a vivir a esta ciudad por puro placer...