Erase una vez un niño a quien le importaba un bledo lo que el resto del universo pensase de su sexualidad. Con tan sólo 13 años se animó a declararle su amor al chico más lindo del universo...
Después de eso, y a los 17, cómo no iba a tranzar con otro tipo en el medio de un boliche de Concordia (recordemos que es una ciudad bastante chica como para asumir que tiene "raritos") siendo que era su último fin de semana antes de irse a vivir a otra ciudad, para estudiar "Locución y Periodísmo". En fin, antes de irse, uno de sus compatriotas, reprimido aún, lo saludó con una frase que haría historia:
"¡cómo te vas a ir ahora! Esto es una pérdida para el Gremio..."
Me sentí muy mal por dejar la ciudad atrás, siendo uno de los pocos pioneros (no el primero) que llevase a cabo tremenda osadía, así que prometí que seguiría luchando por el Gremio, dándole una nueva definición, con un toque de Glamour, a una palabra que siempre se relaciona con puteríos..."tas igual!"
En fin, ahora el sueño es llevar a cabo la nueva bandera dentro de la bandera del orgullo gay, porque el Gremio fue hecho para todos, pero hay que ganarse el derecho a estar dentro de este nuevo espacio, idealista, crítico y sobre todo, realmente sobre todo, extremadamente gay.
Unánse al Gremio más grande y siéntanse orgullosos de lo que son.
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